Introducción al Sistema Crediticio

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El sistema crediticio es un pilar fundamental de la economía española. Su función es facilita el acceso a la financiación, promoviendo el crecimiento económico y la generación de riqueza. En España, este sistema está compuesto por diversas entidades cuya función principal es la concesión de préstamos, créditos, leasing, financiación a plazos, avales y otros instrumentos financieros. El Banco de España actúa como el supervisor principal de estas entidades y, en ciertos casos, otorga financiación restringida a entidades depositarias. Asimismo, canaliza la liquidez a través de las subastas del Banco Central Europeo (BCE).

Evolución del Sistema Crediticio en España

Se puede considerar que el sistema crediticio en España inicia formalmente con la fundación del Banco San Carlos, en 1782. Se ha creado gracias a la nobleza e instituciones instadas a colaborar. La institución puso a circular vales reales, y realizó emisiones de cédulas al portador. El banco termina sus funciones en 1829, dando lugar al banco español de San Fernando. La primera etapa de pluralidad de emisión en España se da con la creación del banco de Santa Isabel II, que era de carácter privado, los períodos de pluralidad. En esta primera etapa del sistema crediticio español está marcada por la definición de un tipo de interés artificial, por la escasez y control de la liquidez y de ahorro interno. Esto por la arbitrariedad de concesión de créditos y por su propia característica nobiliaria en la creación de las primeras instituciones.

En 1921 La Ley de Ordenación Bancaria o Ley Cambó, de 29 de diciembre, regula las relaciones entre Banco de España como banco central y la banca privada. Incluyendo funciones de inspección, órgano principal de la política monetaria y se establece un tipo de interés preferente para operaciones de otros bancos. Se establecen políticas de cambio con el exterior. Sin embargo, no ha sido hasta la década de 70 que la banca española evoluciona a la liberación en la concesión de crédito.

Con la apertura del sistema bancario, y la ley de órganos rectores del banco central (1980), se da un grado de autonomía al BdE. relevante e importante para la convergencia al mercado europeo. como consecuencia España se une al Mercado único en 1993 e integra al UEME en 1999.

Importancia del Sistema Crediticio

El sistema crediticio permite una intermediación eficiente de los recursos financieros, siendo fundamental para la economía española. Aunque en tendencia decreciente, la deuda en España supera su producto interno bruto (109% en 2024).

La deuda consolidada entre entidades no financieras y hogares asciende a 109% del PIB, denotando la relevancia del sistema crediticio (datos de Banco de España).

Entidades de Crédito en España

Las entidades de crédito y depósito conforman el sistema bancario, captando e invirtiendo recursos tanto por cuenta propia como ajena. Estas instituciones intermedian la mayor parte de las transacciones financieras y participan en los mercados de valores, aunque su relevancia ha disminuido con el auge de las fintech.

También se deben mencionar las entidades de crédito. que a distinción de la entidad de crédito y depósito, no pueden financiarse a través de la aportación de recursos directos del cliente, siendo obligado la emisión de títulos reembolsables (creación de productos financieros al invés de la creación de cuentas de valores).

Principales Actividades del Sistema Bancario (entidades de crédito y depósito):

  1. Financiación: Incluye hipotecas, préstamos personales, crédito al consumo, leasing, factoring y renting.
  2. Servicios de Pago: Tarjetas, transferencias, adeudos domiciliados, dinero electrónico y pagos inmediatos.
  3. Cuentas y Depósitos: Cuentas corrientes, depósitos a la vista y a plazo.
  4. Otros Servicios: Manejo de efectivo, emisión de cheques y avales.

Función Fundamental de una Entidad de Depósito

Las entidades de depósito captan recursos financieros mediante la cuentas de depósitos y otros instrumentos, los cuales luego prestan e invierten. Esta función de intermediación financiera aporta múltiples ventajas:

  • Facilita la transformación de plazos al ofrecer depósitos líquidos y créditos a largo plazo.
  • Permite la redenominación de activos según las necesidades de depositantes y prestatarios.
  • Diversifica el riesgo de los ahorradores.
  • Reduce los costos de transacción en comparación con los mercados de capitales.

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